Según un estudio encargado por el Ministerio de Cultura y Deporte la tauromaquia en todas sus vertientes suscita un interés alto o muy alto en la sociedad española. Un número que supone el 25% de la población nacional.
Dicho trabajo del que da cuenta el periodista Paco Aguado, Estudio de los factores económicos y sociales que impactan en la celebración de espectáculos taurinos en España, firmado por el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Barcelona, Vicente Royuela, se ha realizado a través de datos y encuestas culturales oficiales que maneja el propio Ministerio.
Entre los datos, destaca el descenso del 60% de los festejos mayores (corridas de toros, novilladas o festivales) de 2007, etapa más álgida en la industria taurina registrando cifras récord, a 2019, todo ello provocado por los efectos colaterales de la crisis de 2008, algo que también generó que disminuyera la asistencia de público a este tipo de espectáculos.
El descenso de afecto es importante, no obstante a día de hoy todavía un 28,5% de la población de todos los rangos de edad muestra un interés suficiente o mayor de 5, en una escala de 0 a 10, de todas las edades. Un porcentaje que supone 11 millones de españoles.
El estudio de Royuela indica que Navarra, Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Madrid, La Rioja, Extremadura y Andalucía son las comunicadas que registraron mayor interés por la tauromaquia, por contra Canarias, Baleares, Galicia y Cataluña son las comunidades que menor porcentaje de interés por la tauromaquia dejan en el estudio.
Royuela destaca que hay correlación entre la España vaciada, es decir la pérdida de habitantes en las zonas rurales y la reducción de festejos. Pues a medida que se pierden habitantes se pierde la capacidad de los pueblos para celebrar festejos taurinos. Sin lugar a dudas un elemento vertebrador, generador de capital social y factor de desarrollo en muchas localidades rurales.