Con un poco mas de media plaza se lidiarón toros de Sáncho-Dávila. Bien presentado y de buen comportamiento para ejercer el toreo. Tres toreros aragoneses en el cartel, Paulita, Alberto Álvarez e Imanol Sánchez, que demostraron con creces que no hay porque buscar otros toreros, habiendo buen toreo en casa. El arte de Paulita, el clasicismo de Alberto y el poder de Imanol.
De no ser por las espadas, los tres pudieron salir a hombros, Paulita, gusto, empaque y temple, con capote y muleta, oreja en el primero, y oreja en el segundo, bien pudierón ser tres. Alberto, tapo defectos a un exigente primero, que no termino de abrirse a los vuelos, estocada y oreja, en el segundo, una faena templada, era de dos orejas, los pinchazos hicieron que tan notable faena quedara en vuelta al ruedo. Imanol, ejecutó un vibrante y apoteósico tercio de banderillas en su primero, haciendo que el respetable se levantara del asiento. En un último capotazo, justo antes de coger la pañosa, el toro dio una voltereta y se partió una pata. La autoridad ordenó, ante la invalidez del astado para ejercer una lidia natural y al haber cambiado el tercio, apuntillar el toro sin que Imanol pudiera hacer faena alguna. En su segundo, lanceo al burel con empaque, y temple a la verónica, ligando con chicuelinas y rematando con una revolera. Nuevo tercio de banderillas, el público entregado, faena templada, estocada tras un pinchazo en lo alto, y dos orejas. Nueva puerta grande para el de Pedrola.