¿Creador? o ¿artista? La verdad que no sabría como definir a la persona que os voy a presentar hoy. Dejamos atrás Ricla en el post anterior y dejamos también la provincia de Zaragoza para saltar a Teruel y concretamente hasta la localidad de Cella.
Como os podréis imaginar, en ella conocí al personaje del que os quiero hablar, y como no puede ser de otra manera lo conocí gracias a mi profesión, pues en Cella se celebran durante sus fiestas de agosto uno de los ciclos de novilladas más importantes del panorama nacional y en él toree como novillero unas cuantas tardes, así que imagínense ustedes la de amig@s y buenos ratos que he pasado en esta localidad, que si algo tiene también bueno además de su famosa fuente, sus gentes y su feria de novilladas es su patata, la «patata de Cella» delicatessen donde las haya.
Pero vayamos al grano, que me pongo a contar cosas de esos lugares en los que me siento como en casa y a los que les tengo un cariño especial y no callo…. Como os decía Cella tiene muchas y muy buenas cosas, pero si algo tiene también es un genio, como iniciaba en el post no sabría como definirlo, es un artista, pero sobre todo es un creador, Juan Iranzo, con una personalidad única, es el creador de unas esculturas reconocidas a la legua, su obra como ilustrador ha traspasado fronteras; Francia, Portugal y toda Latinoamérica, pero si algo ha cautivado a muchos en los últimos tiempos es su faceta como autor creando libros singulares destinados a los más pequeños, creados desde el ámbito rural para poner en valor y defender la vida en este entorno.
Como este proyecto pretende eso, poner en valor la vida rural, no podía pasar por alto hablar de un genio, pero sobre todo de un amigo, quien pudiendo haber vivido de otra manera, en las grandes urbes que rodean a los grandes artistas, su glamour y un largo etcétera ha decidido seguir donde se siente bien, y además no por postureo, sino por la inspiración y comodidad que le permite vivir en un pueblo de poco más de 2.000 habitantes en la provincia de Teruel.
Juan sigue creando y expresándose a través del arte, pero ya sabéis… los genios a veces tienen cosas que no entienden ni ellos, y como no tiene poco con sus creaciones, hablando estos días con él, pues es una de esas personas que siempre esta igual, hables con el a menudo, o haga cinco meses que no descuelgue el teléfono, me contó que había decidido hacerse agricultor y experimentar lo que se siente. Quizás ese sea el mayor ejemplo que puede dar, para contar, vivir, y para vivir sentir.
Seguimos hablando y hablando, y lo típico, nos ponemos al día, y sorprendentemente nos vamos contando en que momento de la vida estamos, cual son nuestros proyectos, nuestras inquietudes, preocupaciones y sobre todo ilusiones, y nos damos cuenta que estamos en momentos parecidos, y que nuestros caminos pueden volver a unirse en proyectos conjuntos y que además defiendan una causa, proyectos que no quiero desvelar pero que más adelante os contaremos.
Podría seguir contándoos cosas de este artista, del que presumo de tener como amigo, tanto, que ha vivido alguna de mis «imanoladas» en primera persona, hasta el punto de dejar mi coche aparcado en su puerta y a los pocos minutos hacerse presente un individuo quemando prácticamente el timbre todo sofocado preguntando por un coche con unas características concretas, y resultara ser el mío, el cual había caído cuesta abajo hasta unos setos, cruzándose con su vehículo… el grito desgarrador de Juan -¡Imanooooooool, ya la has vuelto a liar!- aun me causa carcajadas, pero las dejaremos para otra ocasión, y eso si, os aconsejo que sigáis su obra y por supuesto antes de seguir viajando por nuestro territorio rural, lo de siempre te pido que me sigas en Instagram @imanolsanchez, esa comunidad donde me podrás conocer en una faceta más personal. ¡Nos vemos en el siguiente post!