Gracias a la crianza del toro bravo existen en España más de 540.000 hectárias de dehesas repartidas en las 1.281 ganaderías españolas en las que pastan un total de 194.931 reses, casi la mitad de ellas destinaas únicamente a la reproducción, con un valor ecológico incalculable.
Pero ademas de la riqueza ecológica las explotaciones ganaderas dedicadas a la cría del toro bravo tienen un valor fundamental dentro de la llamada España vaciada, ya que al localizarse principalmente en sierra o monte, zonas desfavorecidas de la Península Ibérica más agrestes y pobres, no aptas para el cultivo son una vía para la generación de empleo y dinamización laboral del entorno rural, que cada vez se encuentra más amenazado.
Todo ello supone que la actividad ganadera de toro de lidia genere un impacto económico de 204 millones de euros y que sus explotaciones generen 15.000 puestos de trabajos en las zonas rurales más desfavorecidas.
La pervivencia de las dehesas gracias al toro bravo significa no solo lo generado directamente por esta actividad en el campo, sino otras actividades periféricas que se desarrollan gracias a ellas como la crianza entre otras del cerdo ibérico, el cual se perdería en menos de cincuenta años si el toro bravo desapareciera no fuera este el actor principal de las dehesas.
Además de ello, el turismo taurino esta generando un importante remanente económico para las regiones que concentran las dehesas ganaderas siendo este otra importante fuente de ingresos y actividad económica para las zonas rurales.