Diez de la mañana y día soleado. Hoy vamos a poner la piedra de un nuevo programa de Descubre Tu Tierra en Calatorao, una localidad zaragozana a 45 km de distancia de la capital maña y en plena autovía de Madrid, famosa por su singular piedra negra.
Antes de entrar a cafetería Stuttgar donde tengo intención de tomarme un señor cortado, no es raro vislumbrar el emblemático castillo que preside el municipio y la Iglesia de San Bartolomé, por la noche, y os aseguro que los he visto más de una vez, es un auténtico espectáculo verlos iluminados.
Calatorao es otro de esos municipios aragoneses en los que tengo un gran vínculo personal y profesional gracias principalmente a sus festejos taurinos, otro de esos pueblos en los que gozo de muchos amigos y conocidos, y como es habitual en el mundo rural, uno de los municipios que cuando los visitas igual tratas con los más jóvenes que con los más veteranos del lugar.
Podría nombrar muchas personas, pero no puedo pasar por alto a Los Floritos, Alicia, Daniel, Perico, Diloy, o Luis y Víctor “Los Gemelos”, estos últimos propietarios de la cafetería en la que en la mañana de hoy me voy a tomar mi café, lugar de encuentro con todos estos amigos, pero sobre todo un lugar donde cada vez que entras ves generaciones de edades completamente distantes alternando, cosas del mundo rural, y riqueza personal para quienes hemos vivido eso en nuestro pueblo.
Víctor y Luis Redondo, buena gente aunque un poco vacilones, apenas llegan a la trentena de edad y son la iconografía perfecta de que los negocios en los pueblos pueden ser viables, no se ven en otro lado, tanto es así que entorno al negocio hostelero que abrieron hace unos años giran otros ligados a sonido y la música, dando cobertura a los municipios colindantes, han construido sus vivienda particulares y han seguido ligando su futuro a su pueblo.
Jóvenes emprendedores que apostaron por quedarse donde se han crecido buscando una calidad de vida, y sobre todo generar alrededor de aquello que emprendieron. Como siempre digo el mundo rural y el urbano no han de ser antagonistas, ambos se pueden complementar, pero me gusta poner en valor la calidad de vida que hay en estos pueblos sin grandes aglomeraciones pero aun paso de la gran urbe más cercana, Zaragoza.
Como decía el maestro Paula, «las cosas de las cosas» y sobre todo la claridad de creer en su pueblo y su gente, el local estaba todo dispuesto para que albergara una tienda de electrodomésticos, y a última hora fue lo que es, un local hostelero, donde los lugareños y los que visitamos mas de una vez el municipio, lo posicionamos como lugar de encuentros y largas charlas.
Tanto es así, que con esto de la pandemia hacía días que no los veía, y con el cortado en la mesa no es raro pegarnos una buena charrada poniéndonos al día y sobre todo riéndonos a gusto. Lo cierto, es que cuando les he dicho que tenía que hacerles una foto se han quedado sorprendidos, y quien los conozca no dudará en saber que han gruñido al no saber que tramaba, pero como os he dicho buena gente son tela, y ahí han quedado inmortalizados, igual que su ejemplo para emprender y apostar en el entorno rural, donde hay vida y felicidad.
Ponemos pies en polvorosa tras una grata mañana con la ilusión de recorrer nuestro mundo rural. Nos vemos en el siguiente post. ¡Por cierto no te olvides de seguirme en Instagram @imanolsanchez!