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La gran temporada taurina española ya asoma. El pasado fin de semana, en mitad del torbellino que se vivió al otro lado del charco con la reaparición de José Tomás en La México, la pequeña localidad de Ajalvir (Madrid) acogió la primera feria oficial de 2016. El próximo, a escasos kilómetros y también con motivo de la festividad de San Blas, el coso de Valdemorillo será escenario del denominado ciclo del ‘congelador’.

Allí estará presente, por tercer año consecutivo, el diestro aragonés Antonio Paulita. Lidiará, junto a Víctor Barrio y Martín Escudero, el encierro de Monte la Ermita previsto para el sábado. «Se abre una nueva campaña y la gente está con ganas de toros, pendiente de lo que suceda. Es un gran escaparate y afronto la cita con muchísima responsabilidad», señala, y confiesa que hay contratos pendientes de un posible triunfo.

«Hay cosas habladas y las expectativas son buenas, pero lo más inteligente es esperar para ver qué sucede. Después de Valdemorillo, se retomarán las conversaciones con las empresas», añade, sin atreverse a valorar si podrá superar lo hecho en el pasado.

Paulita lideró el escalafón aragonés en 2015. Formó parte de siete festejos, dos de ellos en plazas de primera categoría (Pamplona y Zaragoza), y cortó dos orejas.

Tras él, aparece el ejeano Alberto Álvarez. Mató seis corridas, una de ellas en Zaragoza, donde espera repetir éxito. «A pesar de los complicados tiempos que corren y de no tener nada firmado sobre el papel, hay conversaciones avanzadas», comenta, y subraya que, después del «buen sabor de boca» que dejó la última corrida del miniciclo de San Jorge, «la prioridad es volver en busca de abrir otras puertas».

«El momento de madurez que vivo me hacer sentir preparado para cualquier plaza. Tengo que aspirar a lo máximo, y eso es Madrid», completa, en referencia a unos objetivos similares a los que se marca su compañero Imanol Sánchez, quien, con dos corridas toreadas en 2015, le sigue en la lista.

«Quiero confirmar en Madrid, aunque sea fuera de San Isidro, y, sobre todo, entrar en San Jorge. Después de haber cortado oreja el año pasado y no estar en el Pilar, considero que lo merezco. Así, espero tomar el impulso que me hace falta para el resto de la temporada», adelanta Sánchez, aunque reconoce que, hasta el momento, las empresas no se han puesto en contacto con él.

«Ha sido un inverno duro y no he tenido ningún tentadero. La última vez que toreé fue el 12 de septiembre en Alcañiz. Después, todo ha sido entrenamiento físico y toreo de salón», concluye.

Ricardo Torres -dos paseíllos- y Sergio Cerezos -uno- completan la nómina de aragoneses que se vistieron el pasado año de luces y que en el presente esperan mejorar sus registros.

Arrancan siete meses de toros -presumiblemente marcados por la recuperación de una plaza de renombre como la Real Maestranza de Sevilla o el aumento del espacio para las nuevas generaciones- que se cerrarán, a mediados de octubre, con la Feria del Pilar de Zaragoza.