Cestos, cuévanos o roscaderos, es una tradición taurina englobada dentro de las modalidades de las tauromaquias populares, propia de la ribera del Ebro aragonesa, que en sustitución del caballo de tienta, servía para probar la acometividad y bravura de las reses en este área geográfica de España.
Al parecer esta suerte derivó de los vaqueros y pastores al ir a echar de comer a las reses a mano con el cuévano, donde llevaban la comida a las reses. No esta muy claro si esta suerte surgió como consecuencia de las embestidas de las reses o como ideario de los vaqueros y pastores de siglos anteriores.
Lo que si es seguro que esta modalidad de la tauromaquia popular se extendió a lo largo de la ribera del Ebro en el siglo XX y que pasó ser modalidad de concurso a finales de los 70 y principios de los años 80.
Coincidiendo con el inicio de las vaquillas en Zaragoza, sus impulsores, con Julian Nieto, Vicente Navarro y José María Arnillas a la cabeza, idearon esta modalidad de espectáculo para desembarcar como otro espectáculo más dentro del elenco de festejos que componen hoy día la feria de festejos taurinos populares de Zaragoza.
Ernesto Tris, «Calatayud», «Campechano» o Mariano Rajolas, son algunos de los especialistas que vivieron aquellos primeros años, y quienes cuentan como fueron los primeros concursos de roscaderos de Zargoza.