Noticia de Heraldo de Aragón
De Zaragoza al cielo, previo paso por los pueblos. En Aragón, no hay otro camino torero. Ni para los que vienen, ni para los que están. Sin cierta preparación es difícil triunfar. De ahí la importancia de recuperar festejos mayores en la Comunidad. Las exigencias crecen; las oportunidades bajan; y extraño es el caso del que logra combinarlas.
En lo que va de temporada, solo Paulita ha tenido -como matador aragonés- el privilegio de hacer el paseíllo. Triunfó en la Feria de San Blas de Valdemorillo, y topó con el peor lote del concurso ganadero de San Jorge. En la Misericordia, donde últimamente no le acompaña la suerte. El aficionado le espera. También al resto, que sueña con El Pilar asumiendo sus riesgos.
«Todos buscamos entrar en las plazas que pueden cambiarte la vida y, a pesar de que aún no he firmado ninguna corrida y es complicadísimo cuajar un toro sin llegar rodado, la opción de Zaragoza es irrechazable», señala el diestro ejeano Alberto Álvarez. «Tengo cinco o seis cosillas -destaca el Festival Taurino de Alagón y una tarde en la Feria del Ángel de Teruel- que me permiten decir que sigo vivo, pero la prioridad es Zaragoza», añade Imanol Sánchez, y ensalza que «el futuro de los toreros aragoneses pasa por que puedan progresar en escenarios menores».
«Si uno no torea en su tierra y empezando por abajo, difícilmente saldrá fuera», advierte Daniel Cuevas, quien el próximo 21 de mayo disfrutará de una de esas oportunidades que se reclaman. Dos décadas después, la plaza del Gitanillo de Ricla se reabrirá para albergar una corrida de toros. «Estaba entrenando e Ignacio -por Ignacio Ríos, empresario que regenta el recinto- se presentó por sorpresa para interesarse por mi situación. Pocos días después, me llamó para decirme que contaba conmigo», celebra el de Alagón, que compartirá cartel con figuras como el Fandi, López Simón y el rejoneador portugués Joao María Branco.
Cuevas, que entre 2005 y 2008 llegó a torear 92 novilladas y después ha vivido el ostracismo, no duda en asumir su parte de responsabilidad. «Si llevo seis años sin actuar en Zaragoza es porque hubo momentos en los que no di la talla. He estado sentado en el banquillo merecidamente», reconoce rotundamente, y lamenta lo «complejo» que resulta tomar decisiones cuando uno es joven. Por ello, entiende que es «esencial» ayudar a los valores emergentes.
Novilleros como Miguel Cuartero o Alejandro Lalana esperan el momento de tomar la alternativa. Y los prometedores Daniel Reche o Diego Aznar son víctimas de la escasez de festejos sin caballos. Panorama poco alentador, que nada tiene que ver con el de hace unos años. «Desde mis comienzos, la situación ha dado un vuelco. Echo de menos más oportunidades para los chavales; merecen ilusionarse», valora Paulita, que en el horizonte (finales de julio) ve la Feria de San Ignacio de Azpeitia. Después, aspira -con buenas expectativas- a torear en San Lorenzo (Huesca), y también en Madrid, fuera de la isidrada 2016.
Él, como Alberto Álvarez, sabe lo que es confirmar alternativa en la capital. No así Sánchez y Cuevas, que lo marcan como próxima meta. «El gran reto es confirmar en Madrid, pero para alcanzarlo hay que triunfar antes aquí», adelantan, y coinciden en recalcar que, en cada intervención en la Misericordia, el aragonés se lo juega «todo a una carta».
El momento de Arruga
A sus 44 años, el banderillero Jesús Arruga vive el momento «más dulce» de su trayectoria profesional. Después de tres temporadas al lado de Iván Fandiño, el pasado verano decidió dar un giro y enrolarse en la aventura de la gran revelación de 2015: Alberto López Simón.
«Hace mucho tiempo que le conozco -han coincidido en múltiples tentaderos en la ganadería extremeña La Galana-, y en 2012, cuando todavía era muy joven y estaba atravesando una mala época, le dije que en cuestión de cinco años le llamaría para comprobar que se había convertido en máxima figura. Alberto me replicó, asegurándome que, si era así, él mismo se encargaría de pedirme que le acompañase en la cuadrilla. Nuestro encuentro se ha adelantado un año», recuerda Arruga, y añade que, además de la relación personal, el diestro valoró su «regularidad» con las banderillas y la puntilla.
El 5 de marzo, el de Cariñena debutó junto a López Simón en la Feria de la Magdalena de Castellón, y en abril su efectividad sobresalió en Sevilla. «Nosotros buscamos que le vayan bien las cosas al matador. Si después tenemos la opción de expresarnos, lo hacemos. Pero por encima de todo tenemos que conseguir ser discretos», subraya Arruga, y concluye celebrando que la temporada que tienen programada es la «soñada». Este mismo sábado viajan a Nimes, y seguidamente tienen tres corridas -entre ellas la Beneficencia- firmadas en Madrid.