Con la crisis del COVID19 muy presente en el sector taurino donde económica y geneticamente la debacle es importante, la realidad es que con todas las dificultades y penurias ni toreros ni ganaderos pueden cesar en sus labores diarias de cara a un futuro próximo.
Los ganaderos siguen adelante con sus pruebas de selección para asegurar la superveniencia de su ganadería y los toreros no pueden dejar de estar en contacto con los animales, pues al final su cometido es torear. Es por ello que en estas fechas donde los festejos no se pueden dar, es habitual conocer como son los días de campo de los toreros, ejemplo de ello es la preparación del torero aragonés Imanol Sánchez, que en este mes de desescalada suma ya medio centenar de animales toreados en ganaderías donde es habitual como Arriazu, Hnos. Joven, Ripamilan, Toros de Guerrero o Raúl Izquierdo.
El último, el pasado 25 de junio fue en la finca del torero ejeano Alberto Álvarez, quien invito al ex matador de toros bilbaíno Daniel Granado y a Imanol Sánchez a tentar once machos de la histórica ganadería de Ripamilan donde los tres hubierón de exponerse ante las complicaciones que habitualmente presentan estos toros de Casta Navarra.
Tanto Álvarez como Sánchez coinciden: «la realidad es que en la plaza somos ambiciosos, nos picamos y tenemos rivalidad, pero fuera de ella tenemos una gran amistad, compartir momentos de toreo en estos tiempos tan complicados y disfrutarlos entre amigos, nos hacen seguir ilusionados en pensar que esto acabara muy pronto».